sábado, 7 de abril de 2012

Zoila, esa dama...


Zoila, esa dama

Atardece, el Villaguay se aquieta.
Los talas exacerban el paisaje, que se agota
en la copa de los ñandubays.
Entre este fárrago de
verde e infinito, una casa extraña, mitad real, mitad mito.
La dueña, su complemento, ella no tiene edad. Si por
algo levanta la mirada, estalla en vivencias.
Vive sola, los amigos de otras épocas se alejaron sin
justificar sus ideas. Su estilo de vida es su creación la
obra  de su alma y de su personalidad.
¿Qué puede importar para aquel espíritu selecto
la cotidiana rutina de una mujer campesina?

Manuela Chiesa de Mammana


¿Quién en algún momento de su vida no mencionó: “nos juntamos en la Zoila”?
Pero quizás muy pocos recuerden su rostro o, mas todavía me animo a decir, muchos no la conocieron.
Tuve la suerte de tener largas charlas con ella. Algunas en su casa y otras en un alto que hacía en el kiosco de la Terminal, propiedad de nuestra común amiga Iris Iglesias y su marido “Perlito”  Donadio, cuando Zoila venia a cobrar su Jubilación.
Esa era una de las pocas oportunidades  que se la podía ver en Villaguay.
A lo largo de esas conversaciones me fue contando vivencias realmente asombrosas y casi mágicas.

Tan asombrosas que se las comenté a Manuela Chiesa quien se inspira en ellas para escribir el cuento que encabeza este articulo.
Desaparecida Zoila comenzaron a suceder cosas un poco locas.
Eduardo Alva gentilmente me permite copiar una foto que encontró, casi oculta en los escombros de la vieja casa, un día de pesca.
Esa foto fue tomada por Pedro Luis Raota, una de las tantas que el Maestro sacó a Zoila, y que Eduardo gentilmente me permitió copiar.

Luego, de una manera casi misteriosa y anónima, llegaron a mi poder fotografías, escritos y publicaciones que Zoila realizaba en el diario “El Pueblo”.
Durante un tiempo pregunte a las personas que yo consideraba podrían haberme hecho llegar esas cosas y siempre la respuesta era la misma: “Yo no”
Así que sigo sin saber el origen de los escritos y fotos.

Y en esa tarea de perseguir fantasmas me acerque a lo de Meichtry  una  mañana, y pude recolectar algunos datos, retazos de su historia. Me mostró un par de fotografías de Zoila, su firma en algunos papeles.
Me confirmó la fecha exacta de su muerte y prometió buscar algunos cuadros pintados por ella.
Todos esos datos y la magia de Zoila se tradujeron en la realización de un cortometraje guionado por  mi hijo en base al cuento de Manuela.
En diciembre del 2005 se llevo a cabo el rodaje. 
El pasado 30 de marzo se realizó en el salón del Museo Histórico, la presentación del corto.

Tuve la satisfacción de recibir allí a un mas que  nutrido grupo de personas que concurrieron convocadas por el recuerdo y la curiosidad que provoca esa dama que ya forma parte de los mitos de nuestro Villaguay…